Objetivo del año

jueves, 6 de enero de 2011

Adoremos al Niño Dios



“La fiesta de la Epifanía o de la adoración que los Reyes de Oriente tributan al Salvador del mundo, es también la fiesta de la aclamación y adoración social de Jesús Rey. Los tres príncipes Melchor, Gaspar y Baltasar, que acuden del fondo de la Arabia, a rendir su homenaje al divino Niño de Belén, abren la marcha de la espléndida procesión de reyes y de pueblos cristianos que, cumpliendo la profecía de Isaías, se ponen en movimiento en todos los países, guiados, no ya por la estrella milagrosa cuyos resplandores siguieron los Magos, sino por el resplandor sobrenatural con que ya ilumina al universo, Cristo”

(J. Gras, El Bien, enero 1886,4)


"A la adoración de los ángeles siguió la de los pastores, primero que cantaron en aquella noche el oficio de Navidad, alternando con los coros de los espíritus celestes, desde la tierra y, después de estos humildes, pero preferidos adoradores, llegaron los tres reyes de Oriente a tributar su homenajes y ofrendas de oro, incienso y mirra al Rey Dios recién nacido. Desde aquel momento quedó manifestada a la humanidad la maravilla de las maravillas del amor divino, esto es, la existencia de Dios hecho hombre y su permanencia con nosotros. Desde entonces debió también quedar constituida la humanidad en corte de adoración continua de Cristo”.
( J. Gras, El Bien, Diciembre de 1917, 6)
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